Un extraño enemigo microscópico e invisible ha reducido a un mínimo la vida publica de nuestras ciudades, y ha succionado y desactivado la energía del espacio urbano que les da sentido, carácter y personalidad.
El silencio y la misteriosa desolación de las ciudades vacías durante las ultimas semanas, me ha hecho reflexionar y cuestionar y refrendar mi profunda convicción que la densidad es la mejor solución para la recuperación y reordenación de la ciudad poli-céntrica contemporánea, y que a través de la mayor concentración urbana lograremos una mayor sustentabilidad y resiliencia ambiental, económica y social. Igualmente, que la concentración y activación urbana será nuestra arma mas efectiva contra las múltiples desigualdades e inequidades que padecemos en las metrópolis, y que nos ayudará a disminuir la violencia urbana para lograr una armonía y equilibrio mas justos para todos.
La densidad urbana también reduce los costos necesarios e incrementa la eficiencia para proporcionar a la población servicios e infraestructura, y sobre todo nos ofrece además la oportunidad de reducir los tiempos de transporte y las distancias de desplazamiento, devolviendo estos tiempos perdidos a la calidad de vida de los individuos y las familias.
La ciudad de los encuentros y las cercanías, ocupada por los mas y donde desarrollamos nuestras actividades cotidianas colectivamente “juntos” esta siendo cuestionada como resultado de la contingencia sanitaria que vivimos, con propuestas para ser sustituida por nuevos patrones de vida “a distancia”, donde el contacto físico de los ciudadanos puede ser reemplazado por las nuevas tecnologías asépticas. Estamos ante un nuevo modelo de dispersión urbana? Sinceramente creo que no… Los humanos somos entes sociales que vivimos en comunidad. Cada uno de nosotros representamos una partícula de un gran organismo social, que funciona y necesita de la interacción y participación de los demás para sobrevivir y seguir desarrollándonos. Y esto no va cambiar!
¿Cuál es entonces el porvenir de nuestra vida urbana? ¿Cómo serán las ciudades del futuro? ¿Las urbes de la nueva densidad del contacto prohibido y el alejamiento forzado? Ante este cambio eminente y paradigmático que vivimos, estamos obligados a descubrir nuevos órdenes que modificarán la estructura y articulación de las ciudades. Tendremos que inventar otras estructuras geométricas y matemáticas que definan la espacialidad y la morfología de las nuevas urbes: un nuevo modelo de arquitectura de la ciudad para la segunda mitad del siglo XXI. Hemos llegado a la prevista y esperada intersección donde tendremos que replantear los modelos bidimensionales propuestos para las ciudades pre-modernas, por otros multidimensionales que representen mejor las condiciones de vida y relaciones contemporáneas, que integren mejor lo colectivo y lo individual, lo publico y lo privado, la necesaria y deseada densidad con el “sano distanciamiento social”.
La vida urbana seguirá existiendo y creciendo, pero deberá hacerlo de una manera diferente y mejor articulada. Seguiremos construyendo y reforzando la estructura y el orden de la red global interconectada formada por todas las ciudades que habitamos la mayoría de los humanos, y continuaremos siendo parte la gran comunidad mundial de seres urbanos. Un gran reto... pero la ciudad sigue siendo la mejor opción que tenemos para una vida mejor.
A strange microscopic and invisible enemy has reduced the public life of our cities to a minimum, and has sucked and deactivated the energy of the urban space that gives them meaning, character and personality.
The silence and the mysterious desolation of empty cities in recent weeks, has made me reflect and question and endorse my deep conviction that density is the best solution for the recovery and reorganization of the contemporary polycentric city, and that through from the greater urban concentration we will achieve greater environmental, economic and social sustainability and resilience. Likewise, that urban concentration and activation will be our most effective weapon against the multiple inequalities and inequities that we suffer in the metropolises, and that it will help us to reduce urban violence to achieve a harmony and balance for all.
Urban density also reduces the necessary costs and increases the efficiency to provide people services and infrastructure, and above all it also offers us the opportunity to reduce transportation times and travel distances, returning these lost times to the quality of life of individuals and families.
The city of encounters and neighborhoods, occupied by the most and where we carry out our daily activities collectively "together", is being questioned as a result of the health contingency we are experiencing with proposals to be replaced by new patterns of life "at a distance", where the physical contact of citizens can be replaced by new aseptic technologies. Are we facing a new model of urban dispersion? I honestly think not ... Humans are social entities that live in community. Each of us represents a particle of a great social organism, which works and needs the interaction and participation of others to survive and continue to develop. And this will not change!
What is the future of our urban life? how will the city be in the future? Cities of new density of the forbidden contact and forced removal? Faced with this eminent and paradigmatic change that we are experiencing, we are obliged to discover new orders that will modify the structure and articulation of cities. We will have to invent other geometric and mathematical structures that define the spatiality and morphology of the new cities: a new model of city architecture for the second half of the 21st century. We have reached the expected intersection where we will have to rethink the two-dimensional models proposed for pre-modern cities, by other multidimensional ones that better represent contemporary living conditions and relationships, that better integrate the collective and the individual, the public and the privately, the necessary and desired density with the “healthy social distance”.
Urban life will continue to exist and grow, but it must be done in a different and better articulated way. We will continue to build and strengthen the structure and order of the interconnected global network made up of all the cities that most humans inhabit, and we will continue to be part of the great world community of urban beings. A great challenge ... but the city is still the best option we have for a better life.